viernes, 7 de marzo de 2008

Soy un conch...

Soy el diablo, soy la maldad encarnada...
Soy el Sr. Molina, soy tu espejo
y tu reflejo es tu verdad
Soy quien te espera cuando todo lo que vives es esto
Cuando todo esto es mierda y soledad,
yo soy él quien te recibe y te enseña la bondad
Soy la contradicción perdida en la mentira del alma
Soy yo cuando más necesito serlo
Soy quien estará siempre para ti (S....)
Pero… ¿Quien es "yo" cuando "tú" no estas?
Lucifer me llama a tomar su mano, a mecerme en su cuna
De flores y avispas me llena la mente
Cegándome por completo en mi terceridad
Apagando mi soledad con cada soliloquio
que interpreto cuando más gente me rodea
Cierro el alma, y abro mi intelectualidad
Cuando está ya no queda, cuando está ya desapareció...
La tortura ya no existe y nunca existió

"Sigue a tu bondad y encontraras el camino"
Eso me dijo él, el verde...

sábado, 1 de marzo de 2008

Hacia el cielo, alcanzando el sol...

Una atiborrada calle central de una ciudad que nadie conoce. La gente camina y la recorre por completo a toda velocidad, entra y sale de sus tiendas. Es curioso, entran con nada y salen llenos de bolsas. Entran con rostro muerto y salen llenos de felicidad. Es curioso.
Suenan los vehículos, suenan los pasos, suenan las voces, suenan los pitos, las trompetas, las sirenas, las patrullas, los balazos, la tortura, los gritos, la ausencia, las amenas conversaciones, suenan los niños que a la voz de sus llantos piden los mimos en forma de juguetes y regalos.
Todo suena, pero nadie escucha, nadie aprende ni nadie quiere.
En una esquina junto a un vagabundo que pide monedas y come con sus sucias manos un pan que alguien le dejó, en ese mismo lugar junto al pan y la caja de zapatos con tres monedas eternas hay un perro, extraño, pero no del todo ajeno. Es un perro verde, grotesco, lleno de garrapatas, con sus patas totalmente debilitadas y quebradas, pero que aún lo pueden sostener mientras camina.
Con su cabeza apoyada en el suelo duerme placidamente, lo más placido que se pueda dormir entre millones de pies que se mueven a toda velocidad y pasan por su lado sin notarlo y enturbiarlo.
Todas las mañanas es este perro quien despierta al vagabundo que pasa su vida en ese rincón. Le muerde el pantalón y espera a que despierte y lo espante, con lo que el perro comienza su travesía diaria por las calles de esta ciudad. Primero corre a la lenta velocidad permitida por sus magulladas patas hasta llegar al mercado, donde cada dueño y tendedero que se dispone a abrir sus puertas para el público lo patea y le grita insultos y muchas veces le escupen. Siempre desmoralizado, el perro se escurre dentro de la cocina de alguno de los recién abiertos restoranes y mientras los trabajadores estén distraídos, roba lo primero que pueda agarrar que le huela a comida, lo que a su avanzada edad y a su deteriorado estado de salud, cada vez es menos y últimamente sólo agarra lo primero que este cercano a la puerta y sale corriendo a toda la velocidad que le den sus patas.
En una plaza cercana, la ya conocida por todos sus transeúntes "Plaza de las putas guachas", el perro se dispone a comer lo que sea que haya podido agarrar de la cocina. Muchas veces es un pedazo de madera o un cuchillo, pero como su sentido del gusto y el olfato son casi inexistentes sólo se da cuenta de esto cuando ya los trata de pasar por su desgarrada garganta.
Pero a pesar de todo esto, siempre después de su tortuoso desayuno, recorre las calles a medida que se van llenando, para predicar sus mensajes de paz y amor para con nosotros, rogándole a quienes pasen por su lado que lo escuchen, que se tomen un segundo para entender lo que les dice. Corre calle arriba y calle abajo, diminuto entre la multitud, pisado y aplastado por muchos, pero ignorado por todos.
Cada cierto tiempo hay quien lo escucha, pero siempre son niños o niñas pequeñas cuya inocencia y apertura mental les da la capacidad de ver y entender lo que él les trata de decir. Se paran frente a él, lo miran directo a los ojos y escuchan atentamente el canto de siempre, el que recita cual poema de amor, de memoria, pero con todo la paz y la benevolencia hacia quien le escucha.
"Cantemos como nunca, rompamos las fronteras de las buenas acciones y la paz, no creamos en la religión ni en la política, no creamos en las buenas costumbres ni en la ley, sólo tengamos amor en nuestros corazones y paz en nuestros pensamientos, desechemos lo predispuesto y rehagamos la natividad espiritual y veamos y escuchemos a quien esta a nuestro lado, abracemos y besemos a nuestro hijos, a nuestras madres, a nuestros amigos y vecinos, démosle una mano a quien no conozcamos y abramos nuestros corazones a nuestros enemigos y hagamos la paz los unos con los otros. Sólo el amor es cierto, sólo el amor es concreto"
Lo niños, boquiabiertos y atónitos, lo miran con su mente en blanco absorbiendo todo lo enseñado, sintiendo amor en sus corazones y una alegría que los inunda y posee, y le aborda un sentimiento de agradecimiento para con el perro, a lo que siempre estiran sus brazos y lo abrazan fuertemente. Sus madre, padres, hermanos, niñeras o quien sea que los acompañe en ese momento, al ver lo que los niños hacen inmediatamente y casi de instinto de reflejo lanzan un grito de batalla y arremeten contra las costillas y pulmones del perro, muchas veces el rostro mismo, reventando un sin fin de garrapatas, llenándolo y manchando a su vez al niño que lo abraza con sangre. Insultos le llueven al verde animal y retos y manotazos caen sobre la pobre criatura que abrió su corazón y por un segundo se sintió más completo de lo nunca se sentirá en su vida.
Al atardecer el perro lleva un hueso o una cabeza de pescado robada de algún basurero cercano a la esquina del vagabundo y se sienta junto a él a morderla y trata de comer los restos de comida que queden. El vagabundo no lo nota, y si lo notara no le daría importancia, tiene otras cosas en mente.
Al caer la noche el perro daba un último recorrido por la ciudad para tratar de entregar su mensaje, pero esta vez va por los callejones más oscuros y silenciosos que encuentre, siempre tratando de encontrar un alma en pena que necesite de su mensaje. Tiende a encontrarse sólo con patadas y desprecios de vagabundos que protegen su alimento y su cobijo, pero más común de lo esperado es que se encuentre con drogadictos o gente ebria que en su estado de conciencia inconciente lo escuchan con total atención, entendiendo cada palabra y llorando una vez que comprenden el significado de su mensaje. Algunos lo abrazan, otros le vomitan, pero todos lo olvidan por completo junto con su mensaje una vez que la resaca a pasado y se encuentras lúcidos y humanos nuevamente.
Pero esta tarde mientras el perro dormía su placido sueño junto al sin hogar de su compañero, algo interrumpió su rutina. El sonido de la cabeza del vagabundo golpeándose contra el suelo lo despertó de su sueño, sólo para verlo sin respirar ni moverse, sin palpitar ni agitar una célula de su cuerpo, sin embargo seguía sentado en su posición, sólo se había caído la parte superior de su cuerpo.
El perro, choqueado por la muerte de su no-amigo, se levanta de su postración, empuja su hocico y lo presiona fuertemente sobre la nuca del cuerpo vacío y al sentir la esencia del ser mezclarse con el aire y desaparecer por completo, lanzó un aullido de llanto glorioso que hizo que toda la calle quedara en silencio, que cada paso se detuviera, que casa luz se apagara, que cada palabra se silenciara, y que cada niño y bebe llorara a un mismo tiempo, que cada mujer entrara en pánico y cayera rendida al suelo, que cada hombre arremetiera contra si mismo con toda su furia y que el sol se apagara por un eterno segundo.
Al encenderse nuevamente el sol, la gente y sus llantos y golpes yacían en el suelo inconcientes y el perro lloraba en el suelo con su cabeza enterrada entre sus patas. Levantándose lentamente se dispuso a caminar lentamente por entre quienes en el suelo inconcientes rezaban sin voluntad por una salvación. Caminó por entre las madres, los padres, los niños, ministros, sacerdotes, comerciantes, músicos, viejos y jóvenes, todos rodeados por miles de otros perros más jóvenes y vigorosos pero que rendían tributo y homenaje al dolor sentido por su maestro de generaciones. Los gatos maullaban cánticos de dolor y resurrección de alma, alegóricas tonadas sin afinación y un unísono de lamentos interminables mientras el perro con dolor sufrí en su caminar.
Al llegar a la costa se sentó y se dispuso a mirar al océano, contemplando su infimidad en este universo y su innecesaria imposición para con todos. Alzó su mirada al cielo, directamente al sol y mirándolo fijamente con odio y resentimiento en su voz, alzó en un grito "Raspando mi garganta en un grito del alma que te cuenta mi dolor, canta mi canción una vez más y sueña con un mundo mejor que este aquí termina para tí" y despedazándose en millones de diminutas partículas alzó su vuelo en dirección a la ardiente estrella haciéndola estalla y apagar el cielo, donde cada rayo de luz que una vez fue del sol y que ahora huye de su explosión se convierte en una amarilla y brillante abeja que al llegar a la tierra son clavadas muy profundamente en la piel de todos aquellos que en el suelo inconcientes luchaban por la dominación de su cuerpo. Sin más que tocar con su aguijón la piel, cada uno de los afectados fue desde es momento un perro, verde y lleno de garrapatas que lentamente tomaron posición sobre la calle y corriendo abandonan todo lo conocido y se disponen a colonizar nuevas tierras.

Mmmm...

Una pregunta al publico cautivo que nunca observa... ¿Creen que la igualdad de condiciones se aplique a las fuertes emociones sentidas por un perro emotivo con ancias de gato o langosta?... Yo creo que si... Aunque las tildes nunca llegan al final de mi inconsiencia, pero la verdad es que no las quiero, las desecho y me enamoro de las comas, porque ellas sostienen la verdad de lo que leas, y ellas le dan sentido al universo, aunque todos sabemos que el universo no es mas que una combinacion de caracteres comenzando por la letra "u"...
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¡NO SE QUE BUSCO!

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¿Cuantas veces puede un perro ser divido en masas subatomicas sin perder su escencia emotiva-racional?