domingo, 29 de noviembre de 2009

Uno de un monton

Estos que corren por ahí son mis discipulos.
Lo que digo no lo pienso, pero lo que pienso si lo digo, en una extraña mezcla de simpatía y agonía, ambos en apatía conmigo mismo.
Del Pathos nacemos, pero sin el vivimos... solo lo digo para que quede en tu conciencia.
En el pasto en que descanso veo el cielo y sus constelaciones y no puedo más que pensar que me depara el día de mañana, aunque realmente no me interese, ya que nada puedo hacer, el destino ya esta escrito y todos somos solo un cumulo de bazofias atrofiadas y destiladas al vapor de nuestros propios incestos suicidas...¡Hay dios que me haces sufir! es lo que diría un ateo en la celebración de su resurrección personal, ¿Pero que diría yo en las misas de la santa crucificción? Nada...
Solo una muerte me acompaña, aunque muchas me siguen, solo una a mi lado sigue... debo amarla y pedirle que se quede, debo contestarle y adormecerla para que no entienda que conmigo esta perdida... solo una... de un billar.
Aquí es mi lugar y esta no es mi apología, es mi deconstrucción, mi decoloración, pero no mi destrucción... posiblemente esto sea mi nada, pero una nada a partir de lo todo que hay en un solo ser... Desde aquella vez en que de tanto correr destroce mis muslos y mis piernas me dejaron de lado y me abandonar, como lo hicieron contigo, pero con la diferencia que yo lo quise así, una muerte filosófica, sin filosofía, solo agonía.
Corría escapando de Satán, corría escapando de Dios, corría hacía un abandono de todo lo conocido, hacía un lugar que no me recordara a nada, lejos de edificios, lejos de árboles y arbustos, lejos de quienes conocen mi rostro y por sobre todo de aquellos que lo pueden ligar con mi nombre y mi voz... A fin de cuentas llegue, flotando, goteando y sangrando, sin mirar atrás una sola vez, por más que lo quise en todo momento.
Un lugar de nada, un cielo de nada y tierra de nada, es donde me encontré. Sin Dios ni Satán, solo yo y mi amortalidad, esperando que algo me de la pasada a otro plano, esperando encontrar un sentido a la nada, a pesar de entender que no puedo ya rogar mi regreso, que mi vida fue premeditada, que las palabras son frutos siempre de una constante reflexión, que no consideran la refracción mental ni emocional de un ser que no nace ni muere por cuenta propia, que solo respira cuando debe, pero que no come ni duerme bajo ningún otro criterio.
Meses atrás pensé en degollarme, intoxicarme o simplemente mutilarme, pero hoy, cuando es mi única salida probable, no puedo otra cosa más que observa, analizar y cuestionarme el donde estoy y el porque estoy, las preguntas más obvias que la mente puede concebir, pero sin embargo las únicas que me hacen algún sentido en estos momentos, ya no se que pensar ni quien soy, sólo que soy y que pienso, pero lamentablemente no estoy.
Hoy sólo corro, centenares de...

sábado, 14 de noviembre de 2009

Maquina

Una habitación iluminada sólo por las rajaduras del techo y una puerta abierta, una habitación completamente desierta, salvo por un hombre desnudo, tirado en el suelo cual estropajo, que mira desconsoladamente el cielo.
En la puerta se dibuja la silueta de un perro, sentado, el que luego de un par de segundos entra en la habitación, sentándose a un lado del hombre inmóvil, bajo un haz de luz que deja ver su destrozado y maltrecho cuerpo, de color verde mucosa, lleno de garrapatas y de rostro sangrante. A los pocos instantes un hombre se para a su lado, completamente desnudo, salvo por una corbata roja amarrada al cuello.
El hombre inmóvil gira sus ojos hacía el hombre de corbata, quien inicia la conversación.

-¿Recuerdas la última vez que te moviste? - Con calma casi angelical.

-No... pero ten por seguro que recordare para siempre el momento en que lo vuelva a hacer. - En su voz se nota la desesperación.

-¿Me odias por lo que te he hecho?

-No lo he decidido aún...

-¿No me crees responsable?

-No. Sé que eres el único responsable, no hay terceros, no hay motivos, no hay nada más que tu y yo, y sólo tú eres el responsable de mí.

-Eventualmente te matare.

-No hay otra opción.

-Si la hay.

-¿Cual?

-Muévete

-¿Cual es el sentido si eres tu quien me lo impide?

-Morirás.

-Seré una estatua. Una efigie para mi mismo. Sólo yo sabre que pise estas tierras, pero sólo yo
basto para ser significante.

-Es inevitable, nada de lo que digas cambiara el hecho de que ya eres una estatua, estas inmovilizado por tu propia vida, tu mente es la prisión de tu cuerpo y no al revés.

-¿Qué sabes tú de reflexiones? No eres más que un maldito, un torturador que me impide vivir y ser yo, no eres más que un perro.

-No me insultes, no caigas en la desesperación, ten fe de que el dios hecho maquina vendrá y salvara tu vida

-El significado no existe, la vida no tiene sentido.

-Eso crees tú, que vives como si no quedara más por vivir, que crees que lo has pensado y reflexionado todo.

-Claro que lo he hecho.

-No sabes nada, el mundo recién empieza. Con tu muerte. Tienes tanto de miedo, tanta incapacidad de asumirte, de crecer con el mundo, que te has inmovilizado, te has paralizado, las amarras no las he puesto yo, las creaste tu mismo y solo tu muerte las eliminara.

-Mierda, pura mierda. ¡MIERDA!

El hombre inmóvil comienza a convulsionar, su cuerpo moviéndose sin control es sólo detenido por amarras que salen de su piel y lo cubren completo, restringiéndolo e inmovilizándolo.

-Te lo puedo contar una y mil veces, pero si no abres los ojos y lo ves por ti mismo, nunca crearas el cambio que necesitas.

-¡Pico! ¡Pico para ti y todas tus creencias! ¡La vida no se soluciona con solo asumirse!, ¡¿Crees que no se que mis amarras son a causa de mis propias decisiones?! ¡¿Crees que no se que nadie más que yo podrá desatarlas?!... Pero no es tan simple... No basta con saberlo... Aún no me puedo mover... Aún me presionan las muñecas... No puedo... Necesito al dios... Necesito la maquina...

-Como gustes... Esta conversación no existió...

El hombre de corbata se aleja, cruza la puerta por la que llego, acompañado por el perro, lo más rápido que le permiten sus frágiles piernas. El hombre de las amarras queda sólo en el cuarto, la desesperación llena su rostro, su mirada, cada vez más agitada, se pierde, sus ojos se dilatan, el sudor lo empapa. Con su lengua siente el sabor de sus sangrantes encías, lentamente acariciando cara diente, boca totalmente abierta, mirada desesperada. Cierra los ojos, apretandolos fuertemente, respira profundamente y cierra con todas sus fuerzas la boca, cercenando la lengua.
El perro, al salir del pasillo que lo aleja del sufrimiento y caminando a duras penas, le grita al hombre de corbata: "¡La muerte no es la salvación! ¡La salvación no existe! ¡Matame! ¡Matame!" mientras empieza a vomitar y a gemir, se retuerce en el suelo, revolcándose e inflamandose, sus garrapatas comienzan a reventarce una a una, mientras el perro secreta toda su sangre a traves de las heridas que aquellos acaros le dejan. Inchado todo lo que su piel resiste, el perro dice sus últimas palabras: "El rezo de que la vida tenga algún sentido, el rezo de que el dolor tenga un motivo y una razón, el rezo de que todos seamos uno y vivamos en armonía con el universo, es un imposible, un sueño inalcanzable, la causa perdida que mandó a los hombres al infierno de sus pesadillas, que los arrastro a morir eternamente y crear a un dios que los castigara. No me perdono el haber fallado, así como no te perdono el habermelo provocado." al momento en que explota en miles de millones de arañas, de todo tipos y tamaños, que arancan y se esparcen por el lugar hasta no quedar una sola.
El hombre de corbata saca una navaja de su chaqueta, se corta la muñeca del brazo izquierdo, siguiendo la dirección de la vena. Levanta el brazo por sobre su cabeza, bañandose en su sangre, mientras se desamaya y cae tendido al suelo, desintegrandose a medida que el suelo trata de tragarlo.

martes, 10 de noviembre de 2009

Vida

¿Quién eres?. ¿A quién buscas? ¿Por que lo buscas?
No estoy aquí, no estoy allá, simplemente no estoy.
Desaparezco en una absoluta y deslumbrante oscuridad,
me pierdo y me absorto en la nada.
Redundo y lloro mientras grito mi nombre a los que no me conocen,
creo ser, pero sé que no soy
creo ver, pero asumo mi ceguera.

Salud y martirio son mi tormento,
Enjambre de sentimientos, torrente de pensamientos
que me revuelven, me persiguen, me quebrajan.
No busco solo por miedo a lo que temo encontrar.
No salgo de mi solo porque nada hay para mi.
Soy un ignorante consumado, un culto de la basura, un agnostico del dolor.

Creo ser, creo ver, más no soy ni siento.

Ser obseno, ser grotesco, ser abominante.
Me aborrezco y me desprecio,
pero amo mis intentos de humanidad, y busco una anorexia mental,
que me ayude a vivir, que me ayude a sobrevivir.

El asco que me llena, que sale de mi e inunda mi mundo,
en el que solo yo existo, en el que solo yo respiro,
un mundo totalitario y de un cuerpo,
que esta cada día más cerca de la muerte, de la putrefacción,
de sentirme cada vez más inútil, más innecesario, menos humano, más inerte y más solitario.
Debo ser el único.
Tengo que ser el único.
El dolor solo tiene sentido cuando es martirizado, cuando es exaltado y buscado para subsanar el dolor de otros, la vida de uno solo tiene sentido cuando es reconocida por el otro.
Muerte a los acatexicos, el último rey a muerto.

Mmmm...

Una pregunta al publico cautivo que nunca observa... ¿Creen que la igualdad de condiciones se aplique a las fuertes emociones sentidas por un perro emotivo con ancias de gato o langosta?... Yo creo que si... Aunque las tildes nunca llegan al final de mi inconsiencia, pero la verdad es que no las quiero, las desecho y me enamoro de las comas, porque ellas sostienen la verdad de lo que leas, y ellas le dan sentido al universo, aunque todos sabemos que el universo no es mas que una combinacion de caracteres comenzando por la letra "u"...
Link to puscifer.com

¡NO SE QUE BUSCO!

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¿Cuantas veces puede un perro ser divido en masas subatomicas sin perder su escencia emotiva-racional?